divendres, 20 de juny del 2014

Ressaca post-Sant Jordi tardana (X. Ayén i J. Massot)

El Sant Jordi de Nombeko y Manolita

XAVI AYÉN / JOSEP MASSOT  /  Barcelona /  LA VANGUARDIA  /  24 de abril de 2014

Las protagonistas femeninas de Jonas Jonasson y Almudena Grandes, las más deseadas del día del Libro
La actriz Bella Agossou encarnó a Nombeko, la protagonista de La analfabeta que era un genio de los números
OTRA CAMPANADA La editorial de Isabel Martí ya lleva tres años consecutivos en el podio de Sant Jordi

JONASSON, DESDE GOTLAND “El próximo pollito que nazca en mi granja será bautizado como Sant Jordi”
¿Puede una analfabeta triunfar en la fiesta del libro? Sucedió ayer, en el ranking de ventas en catalán de Sant Jordi, con L’analfabeta que va salvar un país, del sueco Jonas Jonasson (La Campana), número uno de la clasificación, como ya le sucedió hace dos años con su abuelo centenario que se escapaba por la ventana de una residencia. En castellano, fue otro personaje femenino fuerte, la Manolita de Almudena Grandes, el favorito de los lectores, que compraron con entusiasmo Las tres bodas de Manolita (Tusquets), una historia de resistentes en los años 40 y 50 ambientada en Madrid.
Desde la casa-granja en que reside en Suecia, donde unos problemas de salud le impidieron acudir a Barcelona, como tenía inicialmente previsto, Jonasson hizo llegar este mensaje a La Vanguardia: “Con lectores así, ¡siempre hay esperanza! Brindaré con cava en Gotland por tanta gente entusiasmada, los editores y mi agente, todos presentes en mi ausencia. Prometo que el próximo gallo o gallina que nazca en esta granja se llamará Sant Jordi”.
La editorial independiente La Campana consigue, por tercer año consecutivo –tras la primera novela de Jonasson y el Victus de Sánchez Piñol–, el cetro de Sant Jordi, infligiendo de nuevo una derrota a los grandes grupos. La editora, Isabel Martí, ideó esta vez una estrategia que consistía –a falta de autor– en que la protagonista, Nombeko, firmara libros, encarnada en la actriz Bella Agossou, que se define como “una negra catalana, muy parecida a Nombeko, que es una negra sueca. Como en el libro, hoy todo sucede muy deprisa y no hay ningún plan”. La acompañaba, vestido de conejo rosa, el actor que hacía de Allan, el abuelo centenario de la primera novela. Otros disfraces exitosos fueron el de Gerónimo Stilton –que también firmaba– o los personajes disfrazados de miquelets, los milicianos catalanes austriacistas, para arropar las muchas novedades editoriales en torno a 1714.
Almudena Grandes, una habitual de Sant Jordi y aficionada colchonera, aseguraba ayer: “Es la primera vez que gano en Sant Jordi. El Atleti no pudo ganar al Chelsea pero Manolita sí, y estoy muy contenta. La gente tenía muchas ganas de fiesta, he visto las calles llenas desde primera hora. Me ha impresionado la maravillosa acogida a esta obra que sucede en Madrid”. Se siente respaldada por los lectores, pues “siempre que publico una entrega de esta serie tengo que vencer una oposición, me dicen que ya está bien de tanta Guerra Civil, pero es que la gente cree que la Guerra Civil dura hasta el destape, porque la acción se desarrolla en los años 40 y 50”.
Grandes se negó a firmar ejemplares en la Fnac, en solidaridad con los trabajadores en huelga. Otros autores, como el norteamericano Mark Z. Danielewski, autor del libro de culto La casa de hojas, se apiadó de las personas que hacían cola con un ejemplar de su obra en las manos, y se dirigió a ellos para, de pie, irles firmando uno a uno. Argumentó: “Yo no soy de aquí, no conozco el conflicto laboral, y además es gente que ni siquiera debe haber comprado el libro en la Fnac ahora, porque se ve que los tienen muy usados”.
El efecto García Márquez se notó, pero no cobró las dimensiones que algunos habían esperado, pues, según los libreros, “a muchos puntos de venta no habían llegado sus libros, hubo más demanda que oferta”, a pesar de que Penguin Random House había hecho un esfuerzo para que 200.000 ejemplares adicionales de sus obras estuvieran en los puntos de venta.
Amazon hizo pública una lista de los libros electrónicos más descargados, encabezada en catalán por el thriller Perduda de Gillian Flynn y la novela de Jonasson, y en castellano por Cien años de soledad de García Márquez y el Capitán Alatriste de Arturo PérezReverte. Pero la novedad tecnológica de la jornada la protagonizaron Federico Moccia y Rafael Nadal, en un encuentro literario que tuvo lugar en la Apple Store de paseo de Gràcia. El superventas italiano y el catalán firmaron sobre tarjetas de iTunes, el soporte en el que los lectores se habían descargado sus libros digitales, aunque lo ideal sería que los autores puedan llegar a firmar sobre el propio libro digital, es decir, sobre la tableta.
San Giorgio, Paolo Uccello, National Gallery, LondonCare Santos firmaba, en honor del título de su libro, Desig de xocolata (Proa), con una tinta color cacao. Donna Leon aprovechó para abastecerse de frutos secos y miel en su puesto favorita de la Boqueria.
La tradicional lista de las nuevas promesas de las letras catalanas que realizan Núvol y Catalunya Ràdio, incluyó a Joan Todó, Yannick Garcia, Alba Dedeu, Sergi Pons Codina, Gemma Casamajó, David Gálvez, Albert Pijoan, Maiol de Gràcia, Quim Soler, Gemma Casamajó, Albert Pijoan, Lluís Calvo y Alba Sabaté.
En los ojales de americanas y vestidos triunfó la pegatina de Òmnium 9 N. Votar és normal. Màrius Serra añadió una llamativa camiseta con el lema “Vull Butà” y la imagen de una bombona de butano. “Es un homófono que no sirve para Lleida o las terres de l’Ebre”, decía junto a Jaume Cabré, que firmaba Jo confesso en catalán, francés y alemán. “Ha venido una japonesa para que le firmara el libro en catalán”.
Sergi Pàmies firmaba ejemplares de Cançons d’amor i pluja a un ritmo constante. Tanto él como Enrique Vila-Matas constataban la moda que empezó hace unos años y que ahora ya es hábito. “Además de la firma, quieren una foto con el autor, una selfie”.
Los traductores, cansados de que se ignore su trabajo, reclamaron visibilidad y en el paseo de Gràcia firmaron libros traducidos por ellos. Su trabajo es esencial para que la literatura viaje. Como el ejercicio que ha tenido que hacer López Guix con la traducción del Tristram Shandy en cómic de Martin Rowson.

dimecres, 18 de juny del 2014

The art of creating new readers

The literary canon is a compendium of works that overcome the oblivion of time and continue to be read. In the operation of keeping alive books that are not strictly current – by offering them to new readers, who make new interpretations of them – a fundamental role is played by those publishers that are committed to the publication of more or less well-known classics.
On 18 June from 6 p.m. in the evening, Kosmopolis. Programació contínua will be holding a round table with five publishers for whom these classics are essential to the structure of their catalogue. These are the three Catalan publishers Edicions de 1984Minúscula, and Sajalín, Turkish publisher Metis and Dutch publisher Lebowski. Edicions de 1984 is, together with Metis, the most veteran of them: both have three decades of experience behind them. The first of the two has recovered the works of authors such as Dino Buzzati, Hans Fallada, Kurt Pinthus, Aleksander Pushkin, Honoré de Balzac, Lev Tolstoi, Juli Vallmitjana, Eduard Girbal Jaume and, more recently, Walt Whitman, William Faulkner and Alfred Döblin. In the case of Metis, founded in 1982 in Istanbul, it has dedicated a large part of its almost 800 published titles to date to “highbrow literature and critical theory”: in the first section it includes Georges Perec, Marguerite Yourcenar, Henry Bauchau and Bilge Karasu; in the second, it has published works by Ludwig Wittgenstein, Walter Benjamin, Emile Cioran and Sigmund Freud.

Minúscula, which in 2015 will be celebrating 15 years in the publishing business, has, from its first two titles – by Joseph Roth and Marisa Madieri – built up a catalogue that, in the words of its publisher, Valeria Bergalli, has “a marked interest in European culture, in an artistic heritage that has never known frontiers and in writers that, at decisive moments, deciphered the signs of the times with extraordinary sensitivity”. Thus, it has opted for authors such as Varlam Shalámov, Giani Stuparich, Gertrude Stein, Annemarie Schwarzenbach, Hans Keilson, Svetislav Basara, Pierre Bergounioux, Rachel Bespaloff and Shirley Jackson. Coinciding with its tenth anniversary, it launched a collection in Catalan, in which it has published Anton Chekhov, Dacia Maraini and Ferdinando Camon, among other authors.

In the case of the Dutch publisher Lebowski, it combines the publication of contemporary Dutch authors with classics such as Natsume Sooseki, Gaito Gazdanov, Erich Kästner and Cornelis Bastiaan Vaandrager and established 20th century names in American letters such as Jack Kerouac, William S. Burroughs and Charles Bukowski.

Sajalín is, of the five publishers that will be present at the round table, the youngest of all. Its mission is very clear: “to publish in Spanish unpublished or forgotten works of the best contemporary foreign narrative”. In just five years, it has enabled its readers to discover the work of Edward Bunker, Seumas O’Kelly, Osamu Dazai, Kenneth Cook, Edlef Köppen, Beppe Fenoglio and Luigi Bartolini. It has recently incorporated novels by Waguih Ghali and Dambudzo Marechera.

The “Unknown Classics” round table forms part of the Schwob project, which aims to make better known around Europe some forty books of high literary quality that have rarely been translated, including titles by Miklós Banffy, Tibor Déry, Kees Bordewijk, Víctor Català and Álvaro Cunqueiro. After discussing the publication of canonical authors, in a second debating session – at 7.30 p.m. – Kosmopolis will focus on writers who have started to open up a pathway recently. This is the case of Marina EspasaYannick GarciaJenn Díaz and David Gálvez. Espasa made her debut in 2012 with the novel La dona que es va perdre (Empúries), and she is planning to publish her second book next year. Garcia, who became known with De dalt i de baix (Edicions 62), a book of poems that won the Gabriel Ferrater Prize in 2003, has returned after a parenthesis of nearly a decade with the collections of short storiesBarbamecs (Cossetània, 2012) and La nostra vida vertical (L’Altra, 2014): the latter having won the Documenta Prize. Jenn Díaz is the youngest of the four authors – she is only 26 years old and, surprisingly, she is also the most published: Es un decir (Lumen, 2014) is already her fourth novel. Meanwhile Gálvez, born in Vilanova i la Geltrú but resident in Andorra, has just presented his first singular and very daring novel, Cartes mortes (Males Herbes).

All of them will discuss their reference points, their stylistic options, their ambitions, and the mood in which they have started to open up a path in the world of letters. Do they write about the present, or do they avoid it? Can they survive thanks to writing books? Does the publishing sector give enough support to emerging talents? These will be some of the questions that they will try to answer on 18 June at the CCCB.

dilluns, 16 de juny del 2014

Sobre la participació del menda a 'Kosmopolis' (diari 'Bon Dia Andorra')


'Kosmopolis' convida David Gàlvez per parlar dels nous escriptors

Escrit per: 
E.J.M/ Foto: T.M.

L’esdeveniment literari Kosmopolis, que se celebra biennalment a Barcelona, ha convidat David Gàlvez a participar en una taula rodona en què es parlarà d’autors novells. La pròxima edició deKosmopolis se celebra el 2015 però durant aquest any organitza diàlegs, conferències, tallers i tertúlies. Gàlvez prendrà part al cafè-tertúlia Escriure en present: nous escriptors, que tindrà lloc el 18 de juny a les 19.30 al Centre de Cultura Contemporània de Barcelona.
Gàlvez, que enguany ha publicat el seu primer llibre, Cartes mortes (Males herbes), compartirà protagonisme amb escriptors que s’estan obrint camí, com Marina Espasa, La dona que es va perdre (Empúries); Yannick Garcia, Barbamecs (Cossetània) i La nostra vida vertical (L’Altra), i Jenn Díaz, Es un decir (Lumen). Tots ells debatran de les possibilitats dels nous escriptors.

divendres, 13 de juny del 2014

Esther Jover sobre el debat obert sobre literatura al CCC


L’efecte Villaró o l’efervescència de la literatura andorrana contemporània

Escrit per: 
E.J.M./Foto:T.M.

Ja era un autor reconegut de les lletres catalanes però el premi Josep Pla i el fenomen de la novel·la Els ambaixadors (Destino) l’ha catapultat i, de retruc, “ha aconseguit fer més coneguda la literatura que s’escriu a Andorra”. És el que Elena Aranda, lectora professional per a editorials com Grup 62, qualifica de “l’efecte Villaró”. Aranda ja ho veia a venir perquè va ser de les primeres que es van llegir el manuscrit i, a més, adverteix –alerta– que sortiran més sorpreses amb nous autors encara desconeguts.
Aranda ho va deixar anar ahir, discretament, en un debat en família organitzat pel Centre de la Cultura Catalana (CCC). Com a convidats, els escriptors Teresa Colom, David Gàlvez i els Alberts, Villaró i Salvadó. La iniciativa havia de ser un debat sobre la salut de la literatura, amb la intervenció d’actors del sector cultural. La resposta, però, i ja ens hi anem acostumant, va ser reduïda: el poeta Manel Gibert; la gent del CCC; la directora de la Biblioteca Pública del Govern; la directora de Promoció Cultural i Política Lingüística; l’exsecretària del Cercle de les Arts i les Lletres i  una desena d’interessats. Més que un debat va ser una conversa entre amics.
Una de les qüestions que es van posar sobre la taula va ser la de “l’efervescència de la literatura andorrana” –si és que es pot posar etiquetes locals a la literatura–. El que és clar és que hi ha un grupet d’autors que publiquen amb assiduïtat –i qualitat– i escriptors novells que prometen. La taula del debat n’era un exemple: tres autors reconeguts (Colom en poesia i Villaró i Salvadó en narrativa) i un a les beceroles, David Gàlvez, que comença amb bon peu amb Cartes mortes(Males Herbes).
Els autors van contrastar les seves opinions sobre la indústria editorial i van deixar clar que no és el mateix publicar en una empresa monstre que en un segell modest o autoeditar-se. Salvadó, hàbil en les xarxes socials i en la presència digital, aposta per l’autopublicació digital ja que de cada venda l’autor se’n queda un 70%, i també prepara la seva extensa bibliografia per oferir-la print on demand (“impressió a demanda”), en què l’autor fixa quant val el llibre a partir del preu de cost. Per contra, en una editorial convencional, si el llibre es ven a 20 euros l’escriptor només se’n queda un 10%, és a dir, 2 euros. I sense descomptar els impostos. Per tant, viure de la ploma no és fàcil.
La conclusió a què van arribar és que les editorials, tant grans com petites, han de reformular el sistema de treball tradicional ja que la irrupció de  les noves tecnologies ho ha desgavellat tot. “A mi ja m’han piratejat, com a la Lady Gaga”, va confessar Villaró, “però això vol dir que per cada descàrrega et prenen uns cèntims del plat dels teus fills”.
Una altra qüestió que es va debatre va ser la utilitat o no dels premis literaris. Tots van coincidir en els beneficis que s’obtenen en promoció i difusió i si, a més, hi sumes uns quants ingressos, encara millor. “Uns diners per comprar temps per seguir creant”, va comentar Colom, que va lamentar que “la poesia és la germana pobra de la literatura”. Gàlvez va proposar “ajudes a la creació, per a obres no acabades”, que permetin invertir temps a escriure.
Els autors van afirmar que a Andorra tenen “molta visibilitat” però que, això, no necessàriament es tradueix en lectors, va matisar Gàlvez. És evident que les ganes d’escriure i de crear a Andorra hi són, però, ¿“l’efervescència” esmentada és flor d’estiu o una constant que es mantindrà en el temps?
Si hem de fer cas de les prediccions d’Aranda, la literatura sorgida d’Andorra seguirà sorprenent. Hi estarem atents.

Fotoreportatge de Tony Lara el dia del debat obert al CCC

Sobre el 'Debat obert sobre literatura' al CCC (per Andrés Luengo)

¿Per què cal salvar el Fiter i Rossell?

El primer Debat Obert reflexiona sobre el paper dels guardons literaris en el context actual

A. L.
ANDORRA LA VELLA

Periodic
Colom, Gálvez, Villaró i Salvadó, a la Llacuna en el primer Debat Obert del Centre de la Cultura Catalana Foto: TONY LARA
El format prometia. Ja saben, quatre (diguem-ne) experts arrepapats a l'escenari –Teresa Colom, David Gálvez, Albert Salvadó i Albert Villaró– i incitats a parlar pel moderador, Arnau Colominas. Prometia per inèdit i perquè, que caram, mai ha existit en aquest racó de món nostre res que s'assembli a una reflexió pública (i amb públic) sobre les coses –dèries i neguits– que afecten la cultura. En aquest cas, la literatura, entesa com un tot on hi caben des dels autors als llibreters, passant pels editors, els lectors i els que hi tenen alguna cosa a dir des de les institucions públiques. Prometia, insistim-hi, i no va decebre (del tot) perquè el primer Debat Obert –ahir al vespre a la Llacuna– va oferir ahir un grapat de suculentes reflexions. Sobretot, a compte dels premis literaris: un miler en l'àmbit català –sí, han llegit bé– i mitja dotzena per aquí dalt.
Salvadó va plantejar la qüestió amb una brevetat inusitada: en un guardó importa en primer lloc que l'obra es publiqui; en segon lloc, que tingui al darrere una promoció adequada; en tercer, que el convoqui una institució de cert prestigi, i per últim, la dotació. No necessàriament, per aquest ordre, és clar. I li va tocar el rebre al Fiter i Rossell, el degà dels premis literaris que es convoquen Runer amunt, que el Govern dota generosament –molt generosament– amb 15.000 euros i que, per dir-ho amb suavitat, no acaba d'arrencar. Inés Sánchez en va fer un diagnòstic feridor: resulta que el Fiter i Rossell ha tingut històricament una promoció pèssima. I això que el publicava Columna. Fins al punt que –deia ahir Sánchez– «ens trobàvem amb caixes i caixes de llibres que no es venien mai». Aquesta dinàmica suïcida, que s'arrossega des de fa anys i panys, s'ha intentat canviar abandonant Columna i posant el premi en mans de Pagès.
El resultat és La ciutat de les flors, d'Albert Hernández Xulvi, «que s'ha venut bé a València, potser perquè l'autor és valencià, però no a la resta del territori». El cas, és clar, és que un guardó amb quatre dècades de trajectòria ha tingut temps de sobra per demostrar si era o no necessari. Més enllà de la (pèssima) promoció, i de la (inexistent) distribució, es faci el lector la següent pregunta: ¿quins són els últims cinc guanyadors del Fiter i Rossell? De fet, ¿en sabria dir un de sol, deixant de banda els autors de casa? I ara, aquesta altra: ¿sobreviuria, la literatura catalana –i no diguem ja, l'andorrana–, sense el premi? Perquè arribat en aquest capítol de la pel·lícula la pregunta potser ja no hauria de ser què cal fer perquè el Fiter i Rossell funcioni, sinó si té avui algun sentit que existeixi un premi com aquest, greixat amb diners públics i que –s'ha demostrat– només interessa a qui el guanya.
A més d'oportuna, la pregunta hauria trobat destinatària: la directora de Promoció cultural del ministeri, el pagano de tot plegat, present ahir a la Llacuna. Però no hi va haver ocasió. Potser perquè en el desangelat primer Debat hi va fallar sobretot el públic: una dotzena escassa d'assistents, amb clamorosa deserció de llibreters, editors, autors i, en fi, també lectors. ¿No li interessa a ningú més, conèixer els neguits de quatre dels nostres autors franquícia? És clar que va fallar clamorosament la promoció (!) –no n'hi ha prou a aixecar un esdevenient potencialment interessant i confiar alegrement en el boca-orella i les xarxes socials, i encara menys en aquest país. I que l'organització no esperava tampoc una resposta massiva. Però francament, entre poc i massa.

divendres, 30 de maig del 2014

Citacions de 'Cartes mortes' a 'El tronc i les cendres'

"Cartes mortes", David Gálvez (Males herbes)


"De l'oblit que m'imposo, que em vaig imposar, de tot allò pulcre que comporta l'afecció, la tendresa, l'afecte. De l'oblit que m'imposo de l'amor. De l'oblit dels petons i la vida sota els llençols. El record d'una felicitat compartida que ja no és, que ja no pot ser."

"I és que no solem mirar amb atenció el que tenim més a la vora."

"Em sacsejo en un laberint de referències i entrebancs en què sé que compartim gran part del codi..."

"Que estrany [diu] somiar aquestes coses! Tanta distància! Tant moviment! Tanta immobilitat!"

"Això que la novel·la de la vida va de debò no vaig arribar a advertir-ho fins devorats diversos capítols. Igual que tots els lectors tendres, creia que l'última pàgina estava lluny, gairebé a l'infinit de la contratapa."

"Ja vam dir que un busca entendre, busca voler trobar raons i lògica a allò que possiblement no en tingui: l'odi rabiós que Hitler sentia cap als jueus"

"I no és notícia que just allò que no podem comprendre és el que més ens interessa."

"Un boig va estar a punt de governar el món gràcies a la fe en si mateix que li va proporcionar un altre home. Sabent, com sabem, del que va ser capaç el primer, la pregunta està cantada: de què no hauria estat capaç l'últim?"

"Certament, s'hauria d'infravalorar la joventut, perquè s'escola aviat."


"Si aquestes paraules poden ser dites, llavors és que poden ser realitzades."

"Se'ns està despullant fins i tot de les nostres obsessions més íntimes, reductes terminals del ja per sempre malmès culte a la personalitat. Queda justícia al món? Hi ha dret?"

dijous, 29 de maig del 2014

Debat obert sobre literatura ('Bon Dia Andorra')


Villaró, Gálvez, Colom i Salvadó obren un debat sobre literatura

Escrit per: 
E.J.M./T.M.
¿Quina és la situació actual de la literatura a Andorra? I, en general, ¿de quina salut gaudeix el sector cultural? Aquests són alguns dels interrogants que es plantejaran en el primer debat obert organitzat pel Centre de la Cultura Catalana (CCC). L’entitat, que treballa amb un pressupost de mínims, proposa una tertúlia oberta sobre literatura i cultura el 10 de juny, a les vuit del vespre, a La Llacuna.
Els convidats són els escriptors Albert Villaró, David Gálvez, Teresa Colom i Albert Salvadó. L’exgerent del CCC i ara col·laborador voluntari, Arnau Colominas, moderarà una taula rodona introductòria i, de seguida, es demanarà la intervenció del públic. L’acte és obert a tothom, però es convida a la fila zero editors, llibreters, polítics, periodistes i gent involucrada en el sector cultural. L’objectiu de l’activitat és reflexionar i arribar a conclusions sobre l’estat de la cultura al país. “Serà una pluja d’idees”, diu Colominas.
La intenció del CCC és organitzar diversos debats dinàmics sobre diferents temes i que la cultura en sigui un tema recurrent. De fet, des del CCC es valora que en un país de dimensions tan reduïdes hi hagi tanta activitat cultural, però considera que l’organització dels actes és “un desgavell”.
Després del desmantellament dels centres de cultura catalana a l’exterior per part de la Generalitat, el CCC funciona sense personal professionalitzat i tira endavant pel suport dels extreballadors. Els fons s’ingressen gràcies a les subvencions del Comú d’Andorra la Vella i del ministeri de Cultura, amb què poden organitzar diverses activitats com els berenars literaris i les presentacions de llibres, la Mostra de cinema català i Sant Joan. El debat obert es munta amb un pressupost de “zero euros”. Per convocar els músics al premi Carles Sabater caldrà esperar a saber quin ajut els atorga el Govern català per al 2014.

Debat obert sobre literatura organitzat pel Centre de Cultura Catalana d'Andorra

Sobreviure amb una sabata i una espardenya

11111 Classificació 0.00 (0 Vots)
Categoria: Cultura
PUBLICAT EL DIJOUS, 29 MAIG 2014
  • L'entitat estrena el 10 de juny a la Llacuna el cicle Debat obert per prendrà el pols de l'actualitat cultural; per començar, la literària
A. L.
ANDORRA LA VELLA

Periodic
Els quatre protagonistes del primer debat, convocat per al 10 de juny: Colom, Gálvez, Villaró i Salvadó Foto: EL PERIÒDIC
No direm que el Centre de la Cultura Catalana (CCC) reneix de les cendres, però sí que s'aixeca de la patacada més que notable que li va endossar la tardor passada la Generalitat, tallant amb nocturnitat i traïdoria l'aixeta de les subvencions i comprometent-ne el futur. Han sigut sis mesos de travessa del desert, buscant desesperadament un finançament que ha acabat arribant –i de les úniques, ehem, mamelles que no s'han assecat: les del Govern i del Comú de la capital– i tirant d'imaginació, per dir-ho amb un tòpic com una casa de pagès. Hi haurà Sant Joan, hi haurà Presentacions i Berenars literaris, hi haurà concurs de pessebres, hi haurà Mostra de cine en català i hi haurà Carles Sabater de cançó –aquest, però, de cara ja al 2015. Tot plegat, en format més modest que en cursos anteriors: la Mostra, per exemple, tan sols programarà dos títols, Vèncer o morir i la segona part del documental Són bojos (aquests catalans).
Fins aquí l'activitat ordinària del CCC, salvada in extremis i per la campana. Però és que a més, el Centre ha posat bona cara al mal temps i s'ha tret de la màniga un cicle nou de trinca que sota el lema Debat obert proposa una reflexió transversal sobre les arts i la cultura d'aquest racó de món nostre. Concebut, gestat i parit per Arnau Colominas –ara ja no gerent del CCC, sinó soci i voluntari de base– es tracta, diu, «d'aturar-nos un moment per pensar sobre el que està passant en el món de la cultura, cap a on va i cap a on hauria d'anar, i tot això en un moment d'especial efervescència, en què tantes activitats com es programen amenacen d'acabar en overbooking».
Per estrenar el cicle, que s'ha aixecat sense un sol cèntim – «Hi ha una altra manera de fer cultura que no passa pels pressupostos alts o molt alts», diu Colominas: a això és al que ens referíem unes línies més amunt quan parlàvem del recurs a la imaginació– el primer dels debats tindrà lloc el 10 de juny i la cosa anirà d'escriptors i de literatura. El format dels Debats consistirà en una mena de plató instal·lat a l'escenari de la Llacuna amb quatre personatges coneixedors de la matèria –en aquest cas, Teresa Colom, David Gálvez, Albert Villaró i Albert Salvadó– i que moderats pel mateix Colominas aportaran el seu punt de vista sobre l'estat de la qüestió i donaran peu –sobre el paper, és clar– a la intervenció dels convidats de la Fila –en aquesta ocasió gestors culturals, empresaris, llibreters, editors i polítics– així com de la resta del públic. L'objectiu final, adverteix Colominas, no és carregar contra el polític de torn sinó generar un brainstorming amb participació d'agents públics i privats. El Debat obert neix amb una gràcia incontestable, que és l'originalitat –mai no s'ha proposat res de semblant, si més no en temps històrics– i tot i que l'objectiu no és omplir la Llacuna, caldrà veure com respon un públic com ho és el nostre, més aviat repatani. I només cal recordar els quatre gats que van assistir dimarts a la presentació de l'últim premi Carlemany a la Nacional. Si funciona, més.

dissabte, 17 de maig del 2014

Menstrestant, a l'ARA (Simona Skrabec)


L’espai és cúbic i no pas pla



El llibre de David Gálvez aconsegueix realitzar el somni de tot lector: relligar les impressions generals, ocurrències instantànies i emocions fugisseres provocades pels llibres dels altres amb la pròpia vida i fer de tot aquest garbuix un relat coherent. Obrir Cartes mortes (Males Herbes) és com entrar a la casa d’uns coneguts i anar escoltant les converses que van saltant amb tota naturalitat d’un tema a l’altre, l’estona passa agradablement i és fàcil oblidar que a fora ja s’ha fet fosc.
Cartes mortes és un llibre fet a base d’una recopilació d’escrits personals que s’encavalquen i sobreposen, però cap carta arriba al punt final, ni tan sols l’última ratlla del llibre clou res, a sota de les salutacions formals no hi ha mai cap firma. Som davant d’uns testimonis que es neguen a callar, davant d’un material d’arxiu que no vol pas ser arxivat. Tot el que està inclòs en aquest recull són, doncs, els “missatges de vida” i no els papers oblidats, com adverteix l’autor a la primera pàgina.
Els llibres, sabeu, no es poden cremar. A partir del moment que un text hagi estat llegit per algú, cap foc no el pot destruir. Perquè els lectors tenen memòria i tenen veu. I encara que l’original s’hagi convertit en cendra o pols, el record, per vague i inconsistent que sigui, queda dipositat en els seus lectors (en uns lectors que no només llegeixen, sinó que també escriuen sobre el que han llegit). Les lletres es propaguen a través d’aquest corrent viu, d’una memòria íntima, personal, en el fons intransferible. Els llibres no s’imprimeixen per ser venuts i comprats, sinó per ser llegits. Les lletres es propaguen com d’una persona concreta a l’altra, la literatura es ramifica i es transvasa constantment. Cada frase s’esberla en mil bocins i cadascun d’aquests trossets, d’aquestes il·luminacions sobtades, podria donar vida a tot un llibre nou.
Entusiasme lector
Sabem que la literatura és aquesta mena de xarxa electritzada on en qualsevol moment es poden produir curtcircuits i guspires, però com explicar-ho? De quina manera fer visible la fascinació de la qual cap lector veritable es pot escapar? David Gálvez ha trobat la manera de transmetre el seu entusiasme. Però el mosaic d’escrits inacabats -aquesta eina tan precisa que l’autor de Cartes mortes construeix per al seu propòsit- no seria res més que un exercici estèril si no fos per les reflexions que bateguen enmig d’aquest xivarri de veus que no callen mai. Gálvez parla certament per la boca dels altres, però allò que diu no pertany ni a Kafka ni a Hitler ni a Cortázar ni a Artaud, sinó que Cartes mortes es construeix amb els bocins d’escrits recordats i d’anècdotes llegides, no només amb una història pròpia, sinó directament amb una singular visió del món.
El món de David Gálvez no és pas pla. El seu món no es podria representar en cap mapa. Les fronteres aquí no serveixen per dividir els països, pintant-los de colors diferents sobre el paper. Les carreteres connecten una ciutat amb l’altra, però les xarxes de connexió aquí sempre arriben a un punt on el mapa del tresor es fa indesxifrable. Com explica Gálvez en una de les anècdotes més boniques del llibre, els seus camins s’endinsen en el bosc, s’aturen davant d’un avenc càrstic i llavors cal avançar per sota terra, en un descens vertical, com un espeleòleg que no sap què li espera en la foscor. Per cada descoberta, l’investigador arrisca el seu propi cos. L’espai que habitem és cúbic, les nostres vides no caben en cap atles. I que sovint que ho oblidem!